ASÍ DE CLARO: ESO ES BULLYING, NI EUFEMISMO NI NADA

¡¡Hola gentecilla!! Hoy os vengo a hablar de un tema bastante serio y que no se puede maquillar de ninguna forma, EL BULLYING en las aulas.

Los conflictos en el ámbito escolar no son un hecho nuevo de nuestro tiempo, siempre han existido y siempre existirán, son parte de la vida de los centros educativos y un elemento más que hacen del espacio escolar un lugar de aprendizaje y de desarrollo personal de los estudiantes.
Para los profesionales de la educación saber analizar y conocer los tipos de conflictos escolares nos puede ayudar en la selección de la estrategia o la técnica para una resolución positiva. Dentro de estos tipos de conflictos se pueden clasificar en 3 niveles;
Nivel 1: Conflictos comunesEste nivel es, en la mayoría de los centros educativos, donde se trabaja habitualmente todo lo relacionado con la gestión de la convivencia y la disciplina escolar. Dentro de este se encuentran conflictos habituales y con un impacto social reducido que pueden ser gestionados por el profesorado y el alumnado, sobre todo si existe un sistema formativo en técnicas de resolución de conflictos, como puede ser la Mediación Escolar.
Nivel 2: Conductas disruptivas en el aulaEste nivel está relacionado con estudiantes que presentan problemas que el entorno escolar normal difícilmente puede gestionarSon casos en los que es necesaria la intervención de especialistas de otros campos como la Medicina, la Psicología o la Educación Social.
Nivel 3: Conductas antisociales. El tercer nivel de conflictividad es algo más complejo y representa los conflictos que normalmente salen de los centros escolares, bien porque se producen en otros espacios sociales, bien porque se generan dentro y luego se extienden hacia afuera o también porque se crean y escalan en entornos digitales. Para encuadrar un conflicto escolar en este nivel debería tener una historia prolongada en el tiempo o bien ser un hecho que podríamos calificar como delictivoLos centros escolares no tienen actualmente capacidad para gestionar este tipo de problemas y necesitarían de gran experiencia y personas muy expertas, incluso equipos interdisciplinares, para poder gestionarlos y resolverlos en el entorno escolar, lo que sin duda sería un gran avance y evitaría la masificación de los sistemas de justicia en entornos con elevados niveles de delincuencia juvenil. Ahora en el siglo XXI, el mundo digital traspasa los conflictos puramente físicos y extiende este tercer nivel hacia una esfera mucho más imprecisa, mucho menos visible y mucho más “líquida”. En este nivel de conflictos escolares debemos ser conscientes de que las estrategias y técnicas más analógicas como la Mediación Escolar, deben ser adaptadas y mejoradas para este nuevo entorno y estos nuevos conflictos.

BUENO, BASTA DE PROBLEMAS y vamos a buscar SOLUCIONES ¿NO? Pues bien, por regla general hay 10 posibles medidas generales que tomar en estos casos: 

Trabajar en la prevención, Fomentar y cuidar la comunicación, Mantener el control del aula, Preparar a los alumnos en la gestión de conflictos, Analizar la naturaleza, gravedad y persistencia del conflicto, Poner en práctica dinámicas  de resolución de conflictos, Buscar soluciones concretas, constructivas y duraderas al problema, Recurrir a la mediación, Actuar de manera coordinada y Hacer un seguimiento.


Y, si hay algo que nos han enseñado en este máster es que después de la teoría viene la práctica, así que os voy a poner un CASO PRÁCTICO REAL que he encontrado por ahí:

Os pongo en situación, es la penúltima hora de un miércoles en un instituto, el orientador está trabajando en su despacho. Llaman a la puerta y entra una alumna que le comenta que va a producirse una pelea a la salida del instituto. El orientador pregunta a la alumna que quienes son los alumnos que se van a pegar, a lo que esta le contesta que son dos alumnas de la clase de 2º de ESO del grupo de PMAR, Carla y Celia.

El orientador deja lo que estaba realizando y se dirige a hablar con las alumnas para intentar conseguir que no se peleen. Encuentra a estas chicas en la clase que les corresponde, pide permiso al profesor que está impartiendo la clase y con ellas se dirige a otra aula, que está vacía, para hablar con ellas sobre el problema que han tenido e intentar que no se produzca la pelea al salir del instituto e intentar ver cuales son las causas de este conflicto.

Ante este conflicto el orientador actuó en cinco fases distintas, en primer lugar está la entrada, primer contacto con las alumnas en el que el orientador les informa que sabe lo que piensan hacer y que va a intentar solucionarlo por medio del diálogo. 
Después ocurre la justificación y explicación, momento en el que ambas partes exponen su opinión y justificación de porque se tienen que pegar, en este caso porque presuntamente una de ellas anda llamando put* a la otra por ir con chicos. Se observa que una de las partes se muestra muy enfadada y no es capaz de alejarse del insulto a la otra parte. El empleo de las técnicas de asertividad y recordar en todo momento las normas básicas de la mediación, aunque no sea un proceso formal, como no insultarse o hablar sin gritar. Cabe destacar que a lo mejor se debería de haber hablado primero con las partes por separado para evitar la tensión entre ellas, pero al ser un conflicto reciente, que tiene proyección fuera del aula a un nivel mayor y que hay poco tiempo para solucionarlo no estuvo mal el decidir juntarlas. 
La tercera parte se refiere a situar el conflicto, ver cuándo, cómo y porqué empezó, para poder después buscar soluciones. En el caso que tratamos se descubre que hay dos terceros en discordia, el Whatsapp y Mónica, una compañera de ambas que a través de la app habló con ambas partes, con un para enterarse que llamaba put* a la otra, y con la otra para contarla que la una la llama put*. Se puede decir que se va aclarando el problema y que es un conflicto de tipo comunicativo.
En la cuarta fase se intentan buscar soluciones, ha quedado prácticamente claro que la culpa es de Mónica que mete mierd* entre ambas partes. Parece ser que ya no se van a pegar (no queda del todo claro si lo hacen porque realmente quieren o por fastidiar a los que iban a verlas y dejarles sin espectáculo, pero al menos no habrá pelea que era lo que se buscaba) pero ahora surge otro conflicto que el orientador hace de menos para no darlo importancia y las niñas lo hagan más bola: quieren pegar a Mónica por mentirosa.
Por último se intenta, en la última fase, llegar a un acuerdo que no suponga violencia, saldrán las dos juntas para que los demás vean que no hay malos rollos entre ellas y al día siguiente contarán al orientador lo que pasó por la tarde, que no se pegaron y que por la tarde habían estado hablando por WhatsApp y que el problema entre ellas ya estaba solucionado.

En este caso ha sido la intervención de un profesor formado y la utilización del diálogo y las técnicas de la mediación escolar como herramientas, las que han parado el conflicto, en un primer momento, ayudando a solucionarlo después. 

Cabe destacar que en este caso se parte de las técnicas y las fases de la mediación escolar y que se realiza una mediación de una manera más espontánea o informal a lo común gracias a la formación que tiene el profesor al que le informan del posible conflicto.

Dicho esto... ¿VOSOTROS QUÉ HUBIERAÍS HECHO? CUENTAMELO.

Un besito.

Comentarios

  1. Impresionante entrada Miriam, enhorabuena por haber construido un blog tan multitudinario, ¡¡Más de 100 seguidores!!, vaya curre

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  2. Hola guapísimo, muchas gracias por tus palabras, al final me ha encantado hacer el Blog jiji, y respecto al post, es una entrada algo dura pero muy necesaria para cualquier docente o futuro docente o incluso para los alumnos. Y lo de los seguidores... dejémoslo en que mi mami me quiere mucho jaja.
    Un besito.

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